

Crédito: Beijing 2022
CURLING EN SILLA DE RUEDAS

El curling en silla de ruedas debutó en los Juegos Paralímpicos de Turín en 2006. Es practicado por hombres y mujeres que tengan un impedimento físico en la mitad inferior de su cuerpo, incluidas lesiones de la médula espinal, parálisis cerebral, esclerosis múltiple y amputación de dos piernas.
En el terreno de juego hay dos círculos concéntricos de diferentes colores, situados a 45,5 metros de la zona de lanzamiento. El de fuera se denomina “draw” y el de dentro, “tee”. Después de haber lanzado 16 piedras de granito (ocho por equipo), gana quinen haya logrado colocar una de las piedras lo más cerca posible del centro o "tee". Está permitido sacar las piedras del adversario de su posición ("takeout") y proteger unas piedras con otras.
Los puntos se otorgan en función de la cercanía y del número de piedras situadas cerca de la diana. Por ejemplo, la piedra más próxima al “tee”, cuenta un punto; si la siguiente es del mismo equipo, cuentan dos, y así hasta que la siguiente sea del contrario. De esta forma, siempre hay un combinado que termina a cero.
Las únicas variaciones hechas a las reglas dictadas por la Federación Mundial de Curling son la prohibición de barrer y la posibilidad de ayudarse de un stick para realizar el lanzamiento.